Entre la necesidad de ser felices y la depresión in crescendo, habita una sociedad más conectada a las pantallas que a las personas. En tiempos de aparente conexión universal, la desconexión, comenzando con uno mismo, es el propulsor de las adicciones. Las drogas (como alcohol, fármacos, marihuana) y las conductas adictivas (tecnología, sexo, comida) que al principio nos generan placer y tienen un efecto de evasión emocional, después nos impiden estar presentes en nuestra vida y en la de nuestras familias.
Así escapamos del malestar, anestesiando las emociones que nos disgustan, pero a un precio muy alto, porque acabamos perdidos en un laberinto del que no podemos salir, y mientras tanto, lo bueno de la vida también se deja de percibir.
La enfermedad de la adicción invade nuestro entorno. Gran parte de nosotros somos adictos, dependemos de algo externo para huir en falso de los sentimientos mal apreciados como negativos. Abrimos TikTok cuando nos aburrimos, tomamos un trago si estamos estresados, una píldora para tener dulces sueños y nos vamos de compras cuando estamos tristes; así le enseñamos a nuestro cerebro una forma rápida de escape temporal.
Nuevos vocablos como hater, stalker, crush o like, han desplazado a palabras como sentir, crecer, propósito y reto. Y ponemos la atención en las ramas en vez de en la raíz del problema, porque mirar dentro de nosotros es un proceso doloroso, que exige coraje, responsabilidad y paciencia.
Las adicciones causan una desconexión con la realidad física, emocional y espiritual. En este año 2024 les motivamos a apagar el piloto automático y reconectar con nosotros mismos.
Les proponemos las siguientes reflexiones:
- No existen buenos padres, sino padres presentes; aplica a todas las relaciones (hijos, parejas, amigos, colegas, etc).
- No existen familias perfectas, sino familias que enfrentan sus problemas y buscan ayuda.
- No existen vidas sin errores, sin dolor y sin batallas.
- Huir de la realidad solamente pospone enfrentar los problemas, nunca los resuelve.
- Las vías de escape son destructivas, jamás nos harán felices.
- El primer paso hacia el cambio es la conciencia. El segundo paso es la aceptación.
- El agradecimiento nos conecta con la vida y la felicidad.
- Permítete sentir; sentir es estar vivo.
¡Fundación Fénix les desea un Año 2024 conscientes y presentes en sus vidas!